Al igual que los antiguos griegos fantaseaban con alzar vuelo, las imaginaciones de hoy soñar con fusionar el cerebro y computadora como un remedio para el problema de la mortalidad humana.
¿Puede la mente conectarse directamente con inteligencia artificial, robots a través de las tecnologías de interfaz cerebro y computadora (BCI) para trascender nuestras limitaciones humanas?
Cerebro y computadora: ¿Es posible?
En los últimos 50 años, los investigadores de laboratorios universitarios y empresas de todo el mundo han logrado avances impresionantes hacia el logro de esa visión. Recientemente, los empresarios exitosos como Elon Musk (Neuralink) y Bryan Johnson (Kernel) han anunciado nuevas startups que buscan mejorar las capacidades humanas a través de la interfaz entre cerebro y computadora.
¿Qué tan cerca estamos de conectar nuestros cerebros a nuestras tecnologías? ¿Y cuáles podrían ser las implicaciones cuando nuestras mentes están conectadas?
Origenes: rehabilitación y restauración
Eb Fetz, investigador aquí en el Centro de Ingeniería Neuro-Sensorimotora (CSNE), es uno de los primeros pioneros en conectar las máquinas a las mentes. En 1969, antes de que hubiera incluso computadoras personales, demostró que los monos pueden amplificar sus señales del cerebro para controlar una aguja que se moviera en un dial.
Gran parte del trabajo reciente sobre BCIs tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas que están paralizadas o tienen graves discapacidades motoras.
Logros recientes
- Investigadores de la Universidad de Pittsburgh utilizan señales registradas dentro del cerebro para controlar un brazo robótico.
- Los investigadores de Stanford pueden extraer las intenciones de movimiento de los pacientes paralizados de sus señales cerebrales, permitiéndoles utilizar una tableta de forma inalámbrica.
De manera similar, algunas sensaciones virtuales limitadas pueden ser enviadas al cerebro, suministrando corriente eléctrica a la superficie del cerebro.
¿Qué pasa con nuestros principales sentidos de la vista y el sonido? Las versiones muy tempranas de ojos biónicos para personas con deterioro severo de la visión se han desplegado comercialmente, y las versiones mejoradas están experimentando en humanos ahora mismo. Los implantes cocleares, por otra parte, se han convertido en uno de los implantes biónicos más exitosos y más frecuentes – más de 300.000 usuarios de todo el mundo utilizan los implantes para escuchar.
Los BCIs más sofisticados son BCIs «bidireccionales» (BBCIs), que pueden registrar y estimular el sistema nervioso.
En nuestro centro, estamos explorando los BBCI como una nueva y radical herramienta de rehabilitación para el accidente cerebrovascular y la lesión de la médula espinal. Hemos demostrado que un BBCI puede ser utilizado para fortalecer las conexiones entre dos regiones cerebrales o entre el cerebro y la médula espinal, y reorientar la información alrededor de un área de lesión para reanimar una extremidad paralizada.
Con todos estos éxitos hasta la fecha, podría pensar que una interfaz cerebro-computadora está lista para ser el próximo gadget.
Actualidad del BCI
Pero una mirada cuidadosa a algunas de las demostraciones BCI actuales revela que todavía tenemos un camino por recorrer: Cuando los BCI producen movimientos, son mucho más lentos, menos precisos y menos complejos que lo que las personas físicamente capaces hacen fácilmente todos los días con sus extremidades.
Los ojos biónicos ofrecen visión de muy baja resolución; Los implantes cocleares pueden transportar electrónicamente información limitada del habla, pero distorsionan la experiencia de la música. Y para hacer funcionar todas estas tecnologías, los electrodos tienen que ser implantados quirúrgicamente – una perspectiva que la mayoría de la gente de hoy no consideraría.
No todos los BCIs, sin embargo, son invasivos. Existen ICB no invasivos que no requieren cirugía; Normalmente se basan en grabaciones eléctricas (EEG) del cuero cabelludo y se han utilizado para demostrar el control de cursores, sillas de ruedas, brazos robóticos, drones, robots humanoides e incluso la comunicación de cerebro a cerebro.
Conectar nuestros cerebros directamente a la tecnología puede ser en última instancia una progresión natural de cómo los seres humanos se han enriquecido con la tecnología a través de los años, de usar las ruedas para superar nuestras limitaciones bípedas a hacer anotaciones en tabletas de arcilla y papel para aumentar nuestros recuerdos.
Finalmente, al igual que los ordenadores, teléfonos inteligentes y auriculares de realidad virtual de hoy, los BCI aumentativos, cuando finalmente lleguen al mercado de consumo, será estimulante, frustrante, riesgoso y, al mismo tiempo, lleno de promesas.