Se puede suponer que el tratamiento de niños con trastorno de comportamiento perturbador (DBD) debe centrarse en el paciente.
Sin embargo, una revisión de 64 estudios revela que es crucial que los padres se involucren para el éxito del tratamiento.
La doctora Jennifer Kaminski, autora del estudio, refuerza esta teoría sobre la participación de los padres.
“Los resultados de esta revisión suman aún más apoyo a la idea de que la participación de los padres en el tratamiento de problemas de comportamiento disruptivo en niños es muy importante”, dijo.
Agregó que “los padres deben tener en cuenta estas terapias cuando se busca el tratamiento adecuado para su hijo».
«Con la ayuda de profesionales capacitados, los padres pueden ser un participante activo en el tratamiento para los niños con trastorno de comportamiento perturbador.”
El trastorno de comportamiento perturbador abarca síntomas que incluyen la agresión, el desafío y el comportamiento que rompe las reglas. Si no se trata, puede aumentar el riesgo de trastornos mentales o incluso una muerte prematura.
¿Qué es el trastorno de comportamiento perturbador?
El trastorno de comportamiento disruptivo se puede dividir en trastornos de oposición desafiante (ODD) y trastorno de conducta (CD).
El primero se refiere a un patrón recurrente de comportamiento negativo, desafiante, desobediente y hostil hacia las figuras de autoridad. Puede durar al menos seis meses.
El segundo implica conductas más graves, como agresión hacia personas o animales, destrucción de la propiedad, la mentira y el robo.
Alrededor de un tercio a la mitad de los pacientes con TDAH tiene una forma de DBD.
Otros niños en situación de riesgo incluyen aquellos con padres divorciados y madres de un estatus socioeconómico bajo. Los hombres también están en un riesgo mayor.
El estudio
Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades con sede en Georgia, Atlanta, analizaron 64 estudios. Estos cubrían más de 20 aproximaciones terapéuticas en varios años.
Ellos clasifican la eficacia de los tratamientos basados en una escala de cuatro puntos.
Un grupo o terapia de comportamiento individual de los padres y luego otro con participación de los niños fueron los únicos dos tratamientos que se encontraron como “bien establecidos” para el éxito.
La formación de los padres implica técnicas tales como explosiones, haciendo caso omiso de compensación adecuada y comportamientos de castigo aprendizaje, y la imposición de “tiempos muertos”.
Otras terapias, incluyendo la resolución de problemas en familia, se clasificaron como “probablemente eficaz”.
Los tratamientos »posiblemente eficaces” incluyen la terapia de la conducta del niño individual. Por su parte, la terapia del niño en grupo no cumplió con los criterios de eficacia.
Los resultados fueron publicados en la revista de psicología infantil y adolescente Journal of Clinical.
La doctora Kaminski, dijo que “estas terapias proporcionan a los padres las herramientas para servir como el mejor defensor de su hijo. También pueden guiar el comportamiento de sus hijos durante sus interacciones diarias”.
“Dada la variedad de terapias en la práctica, esta actualización proporciona información acerca de los métodos más eficaces para asegurar que las familias están recibiendo atención basada en la evidencia”, dijo.