¿De quién es el mal comportamiento escolar? La enseñanza de un buen comportamiento comienza en casa y luego se extiende a las aulas de clases.
Dos nuevos informes encontraron que los niños de las escuelas australianas tienen el peor se comportaron en el mundo occidental. Son desordenados y ni siquiera escuchan escuchan al profesor.
Mal comportamiento escolar
El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) evaluó a jóvenes de 15 años en 728 escuelas. Los niveles de disciplina en el aula estaban por debajo de la media.
Este resultado ha cuestionado la educación de los padres y su responsabilidad en dichos comportamientos.
Cuando se tiene un niño, los padres tienen la responsabilidad de criarlos cada día. No pueden pensar que el mal comportamiento escolar es culpa de la escuela o de los maestros.
Correna Haythorpe, perteneciente a la Unión Australiana de Educación, dijo que «el desarrollo profesional es vital para la elevación de la calidad de la enseñanza en las escuelas». Pero antes de hablar de calidad, se debe empezar con lo básico. Antes de que puedan aprender, los niños deben saber escuchar.
Responsabilidad de los padres
Las autoridades gubernamentales dicen que los maestros no pueden mejorar la disciplina de los chicos si los padres no cumplen con su rol en el hogar.
¿Qué esperanza tienen los maestros de dar su brazo a torcer si a los niños no se les enseña el respeto en el hogar?
Si se les permite hacer lo que quieren, sin establecer normas en el hogar, ellos tendrán un mal comportamiento. Esto se verá reflejado no solo en la casa, sino también en la escuela.
Si a los niños no se les enseña en casa que deben sentarse en silencio y escuchar, tampoco lo harán en la escuela.
«La falta de disciplina o una mala actitud no sólo hace daño al estudiante que trae este comportamiento, sino que puede influir en el comportamiento de los demás», dice Correna.
Por eso antes de aumentar la presión sobre los maestros para mejorar su calidad, hay que empezar por el principio de esta cadena de crianza.
Hay que presionar a los padres para que traten de hacer un buen trabajo durante la crianza de sus hijos.
Es responsabilidad de cada padre asegurarse de que su hijo está cumpliendo con su potencial en la escuela.