Un estudio efectuado en el 2015 determinó que hacer yoga al final del embarazo es seguro para las futuras mamás.
La investigación encontró que las posturas de yoga no ejercen tensión excesiva en la madre o el bebé.
Los efectos de hacer yoga al final del embarazo
Los investigadores mostraron que varias posturas de yoga no tuvieron ningún efecto negativo sobre la frecuencia cardíaca, la presión arterial y otros signos vitales tanto de la madre como del feto.
La advertencia de hacer yoga al final del embarazo es que las modificaciones a veces son necesarias, dijo la investigadora principal, la doctora Rachael Polis.
Las mujeres que participaron en el estudio utilizaron bloques, sillas y la pared de apoyo y equilibrio.
Esto no sugiere que una mujer en su tercer trimestre pase en una clase de yoga avanzado, dijo Polis.
Sin embargo, “una clase de yoga prenatal, o una clase de nivel básico que se mueve a un ritmo moderado, es una buena manera para que las mujeres embarazadas se ejerciten y liberen un poco de estrés”, dijo la doctora Fahimeh Sasan, profesora asistente de obstetricia, ginecología y ciencias reproductivas en Mount Sinai’s Icahn School of Medicine, en la ciudad de Nueva York.
«En un embarazo saludable, animamos a todo tipo de actividad moderada,» dijo Sasan.
Una reciente encuesta reveló que 20 millones de estadounidenses practicaban yoga. Esto incluye a mujeres embarazadas.
«Pero ha habido poca investigación sobre la seguridad de yoga durante el embarazo», dijo Polis, que ahora es una especialista en ginecología en el Kosair Children’s Hospital en Louisville, Kentucky.
¿En qué se basó el estudio?
Para profundizar un poco más, reclutaron a 25 mujeres sanas que estaban entre las semanas 35 y 38 de embarazo. Algunas practicaban regularmente yoga, otras tenían un poco de experiencia, y otras eran novatos.
Los investigadores hicieron que cada mujer tomara una sesión donde practicaron 26 posturas diferentes. Al mismo tiempo, a través de monitores hacían un seguimiento de los signos vitales de las mujeres, incluyendo la frecuencia cardíaca, los niveles de oxígeno en la sangre y las contracciones uterinas.
Las posturas incluían estar de pie, de pie con una sola pierna, el perro que mira hacia abajo, poses sentadas y reclinadas.
Al final, ninguna de las posturas causó cambios preocupantes en los signos vitales de las mujeres. Los ritmos cardíacos fetales también se mantuvieron en el rango normal.
Sin embargo, algunas de las mujeres tenían dolor en los músculos al día siguiente, dijo Polis. Pero no hubo caídas o lesiones.
La conclusión
Aun así, tanto Polis y Sasan coincidieron en que las mujeres que se disponen a hacer yoga al final del embarazo deben estar conscientes de que hay diferentes formas de practicar, algunas de las cuales no pueden ser apropiadas para ellas.
«No se debe hacer ‘yoga caliente’ durante el embarazo», dijo Sasan. Con esto hizo referencia a una forma de yoga que llevan la temperatura de la sala de 90 a 105 grados Fahrenheit.
Dicho esto, añadió Sasan, el ejercicio moderado puede ayudar a evitar el aumento de peso excesivo durante el embarazo. Y si el yoga les ayuda a encontrar un poco de calma, eso es bueno para ellas.
«Cualquier cosa que le ayude a reducir sus niveles de estrés es bueno», dijo.
Las mujeres embarazadas deben consultar a su médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios.