Oímos de una gran cantidad de adolescentes que dicen que necesitan ayuda, pero sienten miedo de hablar con los padres de un problema o no están seguros de hacerlo.
Es posible que los hijos no quieran hablar de algún problema con los padres para evitar que estos se enfaden o se sientan decepcionados.
Pero los padres son la mejor ayuda que un adolescente puede tener si está en problemas.
Recomendaciones para hablar con los padres de un problema
Lo primero que los adolescentes deben hacer es hablar con sus padres acerca de cómo se sienten. Aquí hay algunos consejos para hacer que la conversación sea más fácil.
1. Saber que no hay nada malo en pedir ayuda
«Es como tener un tiempo duro en matemáticas», dice Jerry Bubrick, psicólogo del Child Mind Institute.
«Usted puede acudir a sus padres y decirles: Oye, estoy realmente luchando con las matemáticas y necesito ayuda adicional. Me puedes ayudar a conseguir esa ayuda?”, explica Bubrick.
Los adolescentes deben entender que no hay nada malo en pedir ayuda y menos cuando se trata de los padres.
2. Tocar el tema
Escoja un momento de privacidad. Es más fácil hablar cuando todo el mundo se siente cómodo. Pero usted no quiere estar compitiendo por su atención con otras cosas o hermanos.
3. Explicar cómo se siente
Diga a sus padres cuál es el problema que está teniendo y cómo le está afectando. Por ejemplo, «Me estoy dando cuenta de que es muy difícil para mí participar en la clase. Incluso si sólo estamos leyendo en voz alta. Me pongo muy ansioso y no me puedo concentrar. A veces digo que estoy enfermo para evitar ir a la escuela».
4. Diga que desea ayuda
Una manera de perder el miedo a hablar con los padres de un problema es reconociendo lo que le sucede y que necesita ayuda. Hable directamente con sus padres y dígales que necesita ayuda.
5. Si es necesario, vuelva a intentarlo
«No siempre es un buen momento para hablar con los padres», dice la psicóloga Rachel Busman. «Si sientes que tus padres están muy ocupados o te han ignorado antes, trata de hablar con ellos de nuevo.»
A veces se necesita un poco de tiempo para transmitir el mensaje a los padres. Manifestarles que hay de qué hablar es la mejor manera para que ellos encuentren el momento adecuado para hacerlo.
Acudir a otro adulto de confianza también puede ser útil. Una tía o un tío pueden ayudarle a hablar con sus padres sobre cómo se siente. Un adulto de confianza en la escuela, como un maestro o un psicólogo escolar, es también una opción.
6. No espere
Cuanto antes pida ayuda a sus padres, más pronto usted comenzará a sentirse mejor. No deje el problema a un lado o para más tarde. Una vez que pierda el miedo de hablar con los padres se sentirá orgullosos de sí mismo, sentirá más alivio y tendrá a alguien que le puede ayudar con su problema.