Cuando nace un niño(a) las madres suelen tener dudas sobre su alimentación es por eso aquí le ofrecemos algunos consejos para alimentar al bebe con biberon.
Aunque lo recomendable es que su alimentación en los primeros meses de vida sea exclusivamente con la leche materna, las madres suelen buscar ayuda en el biberón por diversas razones.
Cómo alimentar al bebe con biberon
1. Seleccionar el biberón adecuado
La tetina es la pieza más importante del equipo cuando se trata de la alimentación con biberón.
Si bien las mamilas vienen en diferentes formas y tamaños, el caudal tendrá la mayor influencia sobre lo bien que alimenta al bebé.
Un caudal inadecuado (demasiado rápido o demasiado lento) puede causar problemas de alimentación, especialmente para los bebés recién nacidos.
El tiempo ideal para alimentar al bebé con el biberón varía según su edad.
- Desde el nacimiento hasta los 3 meses: 20-40 minutos
- De 3 a 6 meses: 15-30 minutos
- Más de 6 meses: 10-20 minutos
Los fabricantes de los biberones generalmente proporcionan recomendaciones sobre la idoneidad para la edad en el envase. Sin embargo, éstos son sólo una guía.
2. Asegúrese de que el anillo de la botella no esté demasiado apretado
Es necesario mantener una presión uniforme dentro del biberón para que el aire entre mientras sale la leche.
Cuando la mamila se enrosca con mucha fuerza, a la hora que el bebé succione con la lengua no habrá forma de que entre el aire.
3. Elegir un entorno adecuado
El exceso de estimulación sensorial puede ser abrumador para los recién nacidos.
Un ambiente ruidoso puede ser demasiado molesto para los bebés mayores de cuatro meses.
4. Posición segura y cómoda para el bebé
Para alimentar de manera efectiva al bebé, sobre todo al recién nacido, requieren un apoyo adecuado a la posición de su cuerpo y la cabeza.
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5. Responder adecuadamente a las señales del bebé
A través de su comportamiento, los bebés nos permiten saber cuándo quieren alimentar, cuando tienen que eructar, y cuando su hambre es satisfecha.
También expresan la frustración, a modo de comportamiento agitado o angustiado, en situaciones en las que no reciben una respuesta adecuada a sus señales de comportamiento.
Por ejemplo, un bebé va a quejarse, llorar o gritar si ya no quiere seguir comiendo.