¿Sabe qué es el insomnio crónico en adultos? Los expertos afirman que es una condición altamente prevalente que tiene consecuencias para la salud física y mental. También afecta la productividad en el trabajo, las relaciones interpersonales, la crianza y la calidad de vida en general.
Aunque las estimaciones varían, al menos 10 % de la población tiene problemas para conciliar el sueño o para dormir por tiempo prolongado.
Insomnio crónico en adultos
El insomnio crónico en adultos es un trastorno del sueño que disminuye la capacidad de dormir. En el caso de las personas mayores, la tasa de prescripción de medicamentos como sedantes es muy alta. Esto a su vez se ha considerado como un problema de salud pública.
La disminución en el tiempo de ocio y la actividad física en las personas adultas han sido asociadas con síntomas del insomnio.
También puede ser predictivo de otras enfermedades coexistentes como depresión mayor, demencia y la anhedonia, que es la incapacidad para experimentar placer.
Por otra parte, el insomnio crónico afecta entre el 60 y 90 por ciento de los adultos con trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Las personas con falta de sueño tienen cuatro veces más probabilidades de presentar problemas al momento de relacionarse con otros.
Un estudio demostró que el insomnio crónico en las mujeres aumentó significativamente las interacciones negativas con su cónyuge. Mientras que en los hombres no tuvo ningún impacto en la relación con sus parejas.
El insomnio crónico y su relación con otras enfermedades
Entre los pacientes con cáncer, este trastorno puede ser debilitante, ya que disminuye el funcionamiento del sistema inmunológico.
Por otra parte, la muerte por enfermedad cardíaca, tales como ataque al corazón o un derrame cerebral, es 45 veces más probable en pacientes con insomnio crónico que en aquellos pacientes que han padecido de riesgos cardiovasculares.
La incidencia del insomnio crónico en adultos también puede estar relacionado con el abuso de sustancias y alcoholismo.
En pacientes con el VIH, el insomnio y la falta de sueño se ha asociado cargas virales más altas.
La falta de sueño puede cuadruplicar el riesgo de adquirir un resfriado común. También disminuye la capacidad de respuesta del sistema inmunológico.