La intolerancia a la lactosa se caracteriza por la incapacidad de digerir el azúcar primario en la leche y los productos lácteos. La condición causa síntomas como: dolores de estómago, hinchazón, gases, náuseas, vómitos, diarrea, flatulencia, estómagos y otros problemas gastrointestinales después de comer o beber leche o productos lácteos. Es importante tener presente una dieta para intolerantes a la lactosa.
Por lo general, es el resultado de niveles insuficientes de una enzima llamada lactasa, que ayuda a descomponer la lactosa. Los síntomas pueden variar de leve a grave, dependiendo de la cantidad de lactasa producida en el intestino delgado.
Las causas comunes de la intolerancia a la lactosa incluyen genética y problemas digestivos como:
- La enfermedad de Crohn
- Enfermedad celíaca
- Colitis ulcerosa
- La gastroenteritis.
El problema también puede desarrollarse naturalmente con la edad, cuando el intestino delgado comienza a producir menos lactosa.
La intolerancia a la lactosa a menudo se confunde con una alergia a la leche. Una alergia a la leche es una reacción exagerada del sistema inmune a las proteínas de la leche.
A diferencia de los que son alérgicos a la leche, la mayoría de las personas pueden tener pequeñas cantidades de lactosa sin ningún problema en su dieta para intolerantes a la lactosa. Por lo tanto, no necesitan evitar completamente la leche y los productos lácteos. Este umbral de lactosa, sin embargo, varía de una persona a otra.
Dieta para intolerantes a la lactosa
Encuentre su umbral de lactosa
El grado de intolerancia a la lactosa difiere de una persona a otra. Para evaluar su nivel de intolerancia, evite consumir cualquier lactosa durante 3 a 4 semanas para eliminarla de su sistema. Luego, comience a agregar pequeñas cantidades de leche o queso en su dieta y vigile cuidadosamente sus síntomas para determinar la cantidad que puede manejar sin ningún problema. Este es uno de los primeros pasos para ir armando su dieta.

Yogur y queso
La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa puede tolerar productos como yogur y queso duro con moderación porque tienen niveles más bajos de lactosa. Los productos lácteos llenos de grasa suelen tener menores cantidades de lactosa en comparación con las variedades con bajo contenido de grasa y sin grasa. La grasa ralentiza el paso de lactosa en el sistema digestivo.
Sucedáneos de la leche
Busque sustitutos saludables para la leche, tales como: leche de coco, leche de soja, leche de almendras, leche de arroz, leche de avena, leche de cáñamo y otros. Si usted no está acostumbrado al sabor de estas alternativas, comience agregando cualquiera de estos como reemplazo para la leche en sus pudines y otros productos horneados.
Además, empezar con pequeñas cantidades y optar por el calcio y la vitamina D. También puede sustituir la mantequilla con aceite de coco e incluso purés de frutas como la compota de manzana, plátano o ciruela pasa.