Al finalizar el tercer trimestre, el malestar físico del embarazo comienza a pasar factura, y empieza a desarrollarse la anticipación del trabajo de parto y nacimiento. Probablemente lo último que quieras hacer en esa instancia sea caminar, pero tiene varios beneficios. Principalmente, puede alentar la dilatación de tu cérvix y la acelerar el trabajo de parto.
¿Cómo acelerar el trabajo de parto?
Caminar para inducir el parto
Durante mucho tiempo la caminata se ha visto como una forma natural de inducir el parto, en parte, gracias a la gravedad. Cuando caminas, el peso de tu bebé ejerce presión sobre tu cérvix, lo que puede ayudar a la dilatación. La caminata también ayuda a que el bebé se mueva más profundamente dentro de la pelvis, preparándola para pasar a través del canal de parto en el momento de dar a luz. Debido a que los ingredientes para la labor de parto son un cérvix dilatado y un bebé bien ubicado, la caminata puede ser útil para acelerar el trabajo de parto.
Caminata para la resistencia
Si bien caminar puede ayudar a estimular al cuerpo a entrar en trabajo de parto naturalmente, no hay evidencia de que la caminata pueda acelerar el parto una vez que ya haya empezado. ¿Cómo acelerar el parto? No se ha demostrado que caminar haga la labor de parto más agradable o que elimine las complicaciones.
Un estudio conducido por Steven L. Bloom, et al., publicado en “El Periódico de Medicina de Nueva Inglaterra” reveló que “caminar no mejoraba ni perjudicaba el trabajo de parto activo”.
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Pautas para un parto inducido: cómo acelerar el parto
Al igual que con cualquier tipo de ejercicio durante el embarazo, tienes que tomar precauciones para mantener tu seguridad y la de tu bebé. Camina a un ritmo cómodo y no te exijas demasiado en esta instancia avanzada del embarazo. Quizás te muevas lentamente, pero eso está bien. No te presiones mientras caminas y, si tienes fecha para los meses de verano, trata de caminar en lugares frescos.
Como adelantar el parto inducido: lo que debes tener en cuenta
Los bebés no se consideran en término completo hasta las 37 semanas de gestación. Es en esa instancia que sus pulmones se han desarrollado en su totalidad, y que pueden respirar por cuenta propia en el mundo externo. No pruebes ninguna actividad para inducir el parto antes de llegar a esa etapa tan importante. Además, ten en cuenta que el cuerpo de cada mujer se dilata a un ritmo distinto al final del embarazo. Caminar puede ayudar a la dilatación, pero no es garantía de que te dilatarás y entrarás en trabajo de parto de inmediato.