La glicerina es un compuesto formado por ingredientes de origen vegetal. Su principal uso es la cosmética porque tiene propiedades humectantes así que es ideal para hidratar la piel. Se pueden hacer mascarillas caseras con glicerina económicas y muy efectivas.
Lo único que se debe tener en cuenta a la hora de prepararlas es que debes mezclar la glicerina con otros ingredientes, si la utilizases en su forma pura podría tener el efecto contrario al que buscas y dañar tu piel.
Mascarillas caseras con glicerina: beneficios
Una de sus principales características es que es un producto humectante, ayuda a mantener unos niveles de hidratación adecuados. Por eso, también tiene propiedades antiedad. Contribuye a mantener la piel elástica y firme.
También es un buen cicatrizante y permite cuidar de las pieles más sensibles.
Para piel grasa con levadura y aceite de árbol de te
Es tan suave que se puede utilizar a diario para conseguir una piel limpia y luminosa libre de impurezas. Te ayudará a combatir el acné.
Elaboración: Vierte unas gotas de aceite de árbol de té en un bol y añádele una cucharada de levadura química en polvo y media de glicerina líquida. Remueve todo muy bien para que no queden grumos.
Aplicación: extiende la mezcla por todo el rostro (asegúrate de que no tienes restos de maquillaje o cremas) con los dedos. Evita el contorno de ojos. Deja que repose durante unos 20 minutos. Después retírala con agua tibia y da un último aclarado con agua muy fría.
Para piel mixta y grasa con avena
Esta mascarilla combina una exfoliación ligera para retirar las células muertas y cerrar los poros dilatados con una hidratación que evitará la aparición de brillos.
Elaboración: Mezcla en un bol de cristal dos cucharadas de avena en polvo, con una de glicerina líquida y unas gotas de agua de rosas. Remueve bien con una cuchara hasta que todos los ingredientes se integren y tengan una textura cremosa.
Aplicación: Extiende la mascarilla por todo el rostro (previamente desmaquillado y libre de otros productos) y frota ligeramente de abajo hacia arriba. Evita el contorno de ojos. Deja que actúe durante 10 minutos. Después retírala con agua tibia y acaba enjuagándote por última vez con agua fría para cerrar los poros. Aplica una crema hidratante para finalizar.